Estos días se han oído en las noticias algo sobre una
devolución de ciertas ayudas al sector naval en España concedidas entre los
años 2007 y 2011. Según los trabajadores de astilleros y los sindicatos esto
reportaría cuantiosas pérdidas al sector e incluso repercutiría en el número de
puestos de trabajo seriamente.
Al parecer, una vez más, Bruselas tiene que ir tirando de la oreja a España cuando se
lleva a cabo alguna irregularidad y corrigiendo estas faltas. Personalmente, no
entendía cómo podía haberse montado tal problema si se hubiesen seguido las
especificaciones de las ayudas concedidas o si dicho dinero se hubiese usado
correctamente.
Sin embargo, todo quedo claro al leer una noticia al
respecto en aras de entender la situación. El artículo que leí empezaba
diciendo Bruselas pidió a España que
devuelva las ayudas concedidas ilegalmente… Es decir, ha habido una
irregularidad por parte de la administración española en cuanto a la concesión
de estas ayudas.
Según parece, el dinero se ha usado indebidamente. Se
concedieron unas bonificaciones fiscales a los astilleros de forma
injustificada e ilegal. Como consecuencia, en los dos últimos años Bruselas ha
estado investigando la actuación de la administración española y ha determinado
que la irregularidad debe corregirse devolviendo el dinero.
Hablamos de una suma cuantiosa de unos dos mil millones de
euros que deben de devolverse. Es decir, hay que sacar ese dinero de algún
lugar para entregarlo a Bruselas. Se ha pedido a los inversores que hagan
efectivo dicho reembolso pero ha habido mucha controversia al respecto. Los
trabajadores de astilleros del país se han manifestado en contra de dicha
devolución.
Pero poco puede hacerse cuando el motivo de todo el embrollo
es una irregularidad fiscal. Este dinero debe devolverse y lo tendrán que hacer
unos u otros. Desde luego, la devolución debe de realizarse de forma tal que no
afecte en gran medida al sector. Pero en cualquier caso se hará efectiva dicha
devolución, eventualmente.
El problema aún está en vilo, pues el Gobierno será el
encargado de determinar qué ayudas fueron mal concedidas y a quién. Cuando esto
se sepa, dentro de un par de meses, algunos astilleros, armadores e inversores
se verán en serios aprietos, mientras que otros podrán seguir con sus
operaciones sin verse afectados.
Se mire por donde se mire, este es un hachazo muy duro para
el sector naval, que sufre las consecuencias de la crisis como otros sectores.
Es posible que el sector se vea muy afectado después de esta devolución y los inversores
decidan irse del país para operar en lugares más convenientes con las
consecuencias que ello implica para el sector naval en España. Y todo por no
hacer las cosas bien en su momento, una vez más.
César P.
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