26 de julio de 2013

Cura detenido por tener las manos muy largas

Una vez más, por desgracia, vemos la noticia de un cura acusado y detenido por realizar tocamientos a menores de edad a su cargo. En este caso la indignación ha llegado muy alto pues se trataba nada más y nada menos que del director de un centro educativo de la orden de los salesianos en Cádiz.

La policía inició las pesquisas tras recibir la denuncia de un menor acompañado de sus padres, el cual aseguraba haber sufrido tocamientos y malos tratos por parte de este cura. A continuación, las investigaciones policiales han determinado que más menores del centro aseguraban haber sido víctimas de dichas agresiones a su intimidad.

Como consecuencia, este cura ha sido detenido y llevado a los calabozos a espera de las acciones legales en su contra que se llevarán a cabo. Es grato ver que las autoridades han actuado tan rápido en este caso pero es desagradable tener cuenta de otra situación de este estilo.

A menudo me pregunto por qué surgen este tipo de situaciones en el clero cristiano en este país y en otros. Me parece que algunos hombres no están hechos para el celibato, en cuyo caso deberían admitirlo y salir del clero. Es mejor aceptar la propia condición (humana) que acabar cometiendo actos tan retorcidos.

La agresión sexual que algunos curas han llevado a cabo en menores son distorsiones del impulso sexual que todo hombre lleva dentro. Pero, una vez más, por qué reprimir tal impulso hasta tal punto que acabe siendo el causante de actos tan repulsivos. ¿No es mejor dedicarse a otra cosa para la que sí se valga y que no obligue a tomar voto de castidad?

Hasta donde yo sé, los curas no tienen ningún problema a la hora de renunciar y buscar otra ocupación. Es posible que no quieran hacerlo – aún siendo conscientes de que no valgan para este trabajo –porque se vive cómodamente siendo un cura y es muy complicado buscarse la vida de otra forma de buenas a primeras.

Por otra parte, dudo mucho que la Iglesia fuese a dejar de lado completamente a un cura que quiera cambiar de profesión. Creo que debería contemplarse dicha posibilidad o que deberían de plantearse mecanismos para evitar que estas situaciones de abusos a menores ocurran. Algo debe de fallar en el sistema de la Iglesia para que siga habiendo curas que acaban cometiendo estas deplorables acciones.

Tal vez la criba de los aspirantes a cura debería de ser más exigente. El inconveniente es que no hay demasiados candidatos que cribar, luego, muy pocos pasarían dicha criba. Esta es una situación que el clero debe de solventar de alguna forma, sin embargo. Puede que la solución sea traer a curas desde América Latina, ya que se cuenta con dicha posibilidad.


Sinceramente, no sé qué es lo que se puede hacer para solucionar este problema de curas pervertidos pero algo debe de poder hacerse al respecto. ¿Es el celibato demasiado para algunos o es que algunos son demasiado pervertidos para ser curas?

César P.

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