Vivimos una pérdida de valores generalizada en distintos
ámbitos, por no decir todos, de nuestras vidas. Lamentablemente, se puede decir
que esto es cierto en este país. En España los políticos roban y se van de
rositas, los banqueros roban y no se quedan en la cárcel, ¡hasta una infanta
está imputada en un caso de corrupción!
El descaro no tiene límites y la carencia de valores se ha
difundido, siguiendo la premisa de predicar con el ejemplo aunque sea predicar
lo malo, a los adolescentes. No es de extrañar que las nuevas generaciones de
jóvenes adolezcan del mismo problema que los adultos en España, pues nadie ha
estado allí para enseñarles otra cosa.
Así las cosas, es un hecho que en los últimos DOS meses ha
habido más de 50 casos de jóvenes implicados en la difusión de imágenes de sexo
de otros menores. Esto se ha puesto de moda. Hemos visto hace poco como una
menor instaba a otra por sugerencia de un amigo común a protagonizar con ella
un vídeo porno que se difundió por medio de una aplicación de mensajería
instantánea cuyo nombre tal vez empiece por W.
Esto es de escándalo. Es una clara señal de que los valores
se están perdiendo en el más remoto olvido entre los jóvenes y ahora tienen
nuevos mecanismos para cometer delitos. Pero lo más grave no es esto sino que
para ellos no parece tan malo hacer este tipo de acciones. Y la guinda del
pastel es que la ley no puede actuar contra menores en estos casos…
Mencionemos más hechos. La autofoto es una moda muy
difundida entre los jóvenes actualmente. Se trata de una foto que realiza el
mismo joven mostrando lo sexy que es. Normalmente, se trata de una foto en la
que aparece el menor con poca ropa o con un atuendo que muestra mucho. Este
fenómeno está muy extendido en redes sociales como Tuenti o Facebook en nuestro
país.
Pero se ha ido un paso más allá. Si bien desde años la edad
media en el inicio de las relaciones sexuales llevaba siendo un poco baja,
rondando los 14 años, actualmente hay un problema adicional: el uso de
smartphones para compartir fotos o vídeos. Los adolescentes fotografiados mostrando
sus intimidades pueden acabar en internet, pues este tipo de contenidos se
extiende como la pólvora en la red.
Esto es un serio problema y lo seguirá siendo hasta que no
se tomen medidas efectivas al respecto. Hablamos de un nuevo nivel de cyber-bullying,
ahora con índole sexual. No siempre este tipo de contenidos se difunden con el
consentimiento de los protagonistas. Además, incluso de forma consentida
difundir, crear o guardar material pornográfico de menores es un delito.
Por desgracia, una vez más, las leyes en España están muy
por detrás de las nuevas tecnologías y no sabemos cuánto tiempo más seguirán
así. Será mejor andarse con ojo en caso de conocer a algún menor de en torno a
14 años que pueda entrar en este tipo de comportamientos, fomentarlos o ser
víctima de ellos. Se trata de un problema muy serio que es difícil de
exteriorizar y más a esas edades.
César P.
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