Es muy normal que nos encontremos
con personas a las que les importan los intereses y necesidades de los demás
pero lo que le lleva a alguien a realizar una determinada acción siempre son las
propias necesidades.
Hay una ley de la naturaleza
humana que nunca debes olvidar: “La gente se interesa principalmente por sí
misma, por los miembros de su familia, por su trabajo, salud y bienestar. El
interés por el bienestar de los demás resulta secundario en relación con el
interés por el propio bienestar.
Si nos fijamos en la publicidad,
los anunciantes siempre hacen caso a la ley del propio interés y los mensajes
que se emiten siempre prometen mejor salud, más confort, más seguridad, mayor
disfrute o más ventajas. Por lo tanto la clave del éxito radica en poner en
primer lugar los intereses de los otros manteniendo en un segundo plano los
propios intereses.
Cuando quieras conseguir un
objetivo, céntrate en él. Si quieres influir en las personas para conseguir
aquello que te has propuesto debes recordar siempre que los demás están
motivados por el interés propio y pon en primer lugar el interés de los demás.
El dinero, los ascensos, una mejora en la posición, éxito en el trabajo u otras
compensaciones debe ocupar el primer lugar porque si pones en primer lugar tu
interés propio, los resultados no serán satisfactorios. Por ejemplo, los
comerciales que triunfan son aquellos que se preguntan constantemente “¿Cómo
puedo atender mejor las necesidades y gustos de mis clientes?. Al contrario,
los comerciales que lo primero que llevan en la mente es la pregunta: ¿Cómo
puedo cobrar más o de qué forma puedo aprovecharme de lo que no sabe el
cliente?, están destinados al fracaso más absoluto.
Esta ley del propio interés se
pone de manifiesto en pequeños detalles, por ejemplo en llamar a la gente por
su nombre. Puede parecer un detalle sin importancia pero la gente colabora
mejor cuando se le llama por su nombre porque les diferencia de manera sincera
y lo aprecian. Este detalle dice a la persona en cuestión: “eres importante
para mí”.
La gente en todas partes quiere
que se le reconozca por su nombre, es como si fuera su título. La necesidad de
que se acuerden de nosotros es una necesidad de nuestro ego, de primera magnitud.
Por lo tanto, haz un esfuerzo especial para recordar el nombre de una persona
ya que la ineficacia en este aspecto puede querer decir que tus intereses no
están lo suficientemente proyectados hacia fuera. Nunca pierdas la oportunidad
de felicitar a alguien por un logro conseguido!
Lady Blu
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