5 de junio de 2013

Consigue tus objetivos despertando el interés propio de los demás.

Es muy normal que nos encontremos con personas a las que les importan los intereses y necesidades de los demás pero lo que le lleva a alguien a realizar una determinada acción siempre son las propias necesidades.


Hay una ley de la naturaleza humana que nunca debes olvidar: “La gente se interesa principalmente por sí misma, por los miembros de su familia, por su trabajo, salud y bienestar. El interés por el bienestar de los demás resulta secundario en relación con el interés por el propio bienestar.

Si nos fijamos en la publicidad, los anunciantes siempre hacen caso a la ley del propio interés y los mensajes que se emiten siempre prometen mejor salud, más confort, más seguridad, mayor disfrute o más ventajas. Por lo tanto la clave del éxito radica en poner en primer lugar los intereses de los otros manteniendo en un segundo plano los propios intereses.

Cuando quieras conseguir un objetivo, céntrate en él. Si quieres influir en las personas para conseguir aquello que te has propuesto debes recordar siempre que los demás están motivados por el interés propio y pon en primer lugar el interés de los demás. El dinero, los ascensos, una mejora en la posición, éxito en el trabajo u otras compensaciones debe ocupar el primer lugar porque si pones en primer lugar tu interés propio, los resultados no serán satisfactorios. Por ejemplo, los comerciales que triunfan son aquellos que se preguntan constantemente “¿Cómo puedo atender mejor las necesidades y gustos de mis clientes?. Al contrario, los comerciales que lo primero que llevan en la mente es la pregunta: ¿Cómo puedo cobrar más o de qué forma puedo aprovecharme de lo que no sabe el cliente?, están destinados al fracaso más absoluto.
Esta ley del propio interés se pone de manifiesto en pequeños detalles, por ejemplo en llamar a la gente por su nombre. Puede parecer un detalle sin importancia pero la gente colabora mejor cuando se le llama por su nombre porque les diferencia de manera sincera y lo aprecian. Este detalle dice a la persona en cuestión: “eres importante para mí”.


La gente en todas partes quiere que se le reconozca por su nombre, es como si fuera su título. La necesidad de que se acuerden de nosotros es una necesidad de nuestro ego, de primera magnitud. Por lo tanto, haz un esfuerzo especial para recordar el nombre de una persona ya que la ineficacia en este aspecto puede querer decir que tus intereses no están lo suficientemente proyectados hacia fuera. Nunca pierdas la oportunidad de felicitar a alguien por un logro conseguido!

Lady Blu

No hay comentarios :

Publicar un comentario