La Comisión Europea ha manifestado que los 60.000 millones
de euros que han sobrado del préstamo efectuado por la Unión Europea no se
pueden utilizar en inversiones como el plan de empleo y lucha contra los
desahucios. Este plan había sido una propuesta del secretario general del PSOE,
Alfredo Pérez Rubalcaba.
La idea de Rubalcaba era destinar lo que queda de este
préstamo de la UE para la banca española a crear dos fondos, uno público de
20.000 millones para financiar empresas y otro de 10.000 millones para ayudar a
cubrir la deuda de los hogares.
Pero, y como la lógica manda, el dinero que ha sido prestado
a España no puede destinar a objetivos que no sean la recapitalización de
entidades con problemas. El dinero se prestó para equilibrar la situación
económica de España y debe destinarse a ello, solamente.
En ningún caso dicho dinero se podría destinar a un plan como
el sugerido por Rubalcaba. Es decir, España debe usar este dinero que no es suyo para mejorar la situación
de entidades en apuros y, de esta forma, darle un impulso a su economía.
Dedicar ese dinero a tapar agujeros no solo sería ilegal
sino también un despropósito, pues cuanto antes la economía del país empiece a
funcionar correctamente antes podremos volver a ser autosuficiente
económicamente. Esa es la idea del préstamo de la UE.
El préstamo realizado no estuvo en ningún momento destinado
a ayudas específicas para el empleo o para frenar los desahucios. Además, con
la nueva ley de la UE sobre las cláusulas abusivas que se está elaborando los
desahucios deberían de acabarse en España.
La ayuda que ha recibido España es una señal de alarma, pues
no se concede a países miembros que no estén en problemas económicos
considerables. Lo que se debe hacer es usar de forma productiva dicho dinero
para reimpulsar la economía de este país.
Cubrir los agujeros estaría muy bien pero sin una economía
funcional éstos volverían a aparecer y no arreglaríamos nada. Lo que se debe
hacer, pues, es impulsar la maquinaria económica para que vuelva a reportar
beneficios.
Hace ya más de un año que la UE decidió destinar 100.000
millones de euros a España destinados a ayudar a los bancos españoles. Ya se
han utilizado 40.000 millones de dicha suma en recapitalizaciones y para el
banco malo, encargado de poder orden en el caos que hay actualmente en muchas
entidades.
Esperemos que el resto de este dinero se use de forma
totalmente responsable buscando siempre lo mejor para el país. Desaprovechar la
ayuda de la UE nos dejaría en muy mal lugar de cara a los demás países miembros
y no olvidemos que no se trata de dinero nuestro.
Por ello, es hora de centrarnos en lo que hay que hacer y no
en medidas disparatadas cuyas consecuencias no reportarían ninguna mejora a
largo plazo.
César P.
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