2 de abril de 2013

¿Por qué una entidad quebrada paga sueldos millonarios a sus directivos?


Hace unos pocos días se presentó una denuncia por parte de UPyD contra el comité de dirección de Cajamadrid que dirigían los expresidentes Miguel Blesa y Rodrigo Rato. Se les acusa de haber recibido remuneraciones indebidas por un total de 71.4 millones de euros.

UPyD presentó constancia de tales retribuciones en documentos aportados a la Fiscalía Anticorrupción por delitos de estafa, apropiación indebida, etc contra estos altos cargos de la entidad. Según los informes, Rato recibió más de 2.7 millones en 2010. Además, este señor está imputado en la Audiencia Nacional por la salida a la Bolsa de Bankia. Por lo que no se trata de alguien nuevo en los escándalos de corrupción destapados recientemente.

Rato era el sucesor de Blesa, quien también está imputado por haber otorgado, presuntamente, créditos irregulares a Gerardo Díaz Ferrán. Según los datos, Blesa recibió 12.4 millones de euros entre los años 2007 y 2011. Además, recibió una indemnización de más de 3.5 millones, según la denuncia interpuesta.

Así, la entidad madrileña Caja Madrid se encuentra bajo la lupa en un nuevo caso. Esta vez, se pretende ahondar más en la ya previa investigación abierta por la salida a Bolsa de la entidad y el rescate de Bankia. La pregunta del millón es por qué una entidad que declaraba activos por valor de 152.230 millones acabó nacionalizada por FROB (Fondo de Restructuración Ordenada Bancaria) y, bajo una valoración independiente, se declaró en 2012 un valor que ascendía a lo 13.635 millones de euros.

Según todas estas denuncias y la información aportada la situación de la entidad resultante de la fusión de Caja Madrid con Bancaja y otras cinco entidades no es la que han declarado sino otra muy distinta. Esto hay que investigarlo y depurar responsabilidades pues hay mucho dinero en juego.

Los informes de inspección del Banco de España ya indicaban una situación preocupante. A pesar de que la entidad Bankia presentaba o, mejor dicho, pretendía presentar una apariencia de solvencia y saneamiento. Ya en 2010 los reportes señalaban hacia una situación problemática dentro de la entidad.

En 2010 Caja Madrid presentó unos datos de solvencia y morosidad parecidos a los del año anterior. Es decir, mintió en sus informes a los inversores para dar apariencia de buen estado. Pero la realidad es bien distinta y buscando que los delitos cometidos no prescriban UPyD ha llevado este caso a las autoridades pertinentes.

Esperemos que se desvele la verdad y que bajo ningún motivo veamos que los antiguos altos cargos de la entidad bancaria se libren de pagar por los delitos que presuntamente han cometido. Es una buena oportunidad para demostrar que la justicia en este país no tiene miramientos con los adinerados.

César P.

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