La Audiencia Nacional
y el Tribunal Superior de Justicia de
Cataluña vigilan todos los negocios de la familia Pujol desde hace meses. Esta
familia ha conseguido un gran botín tras años de operaciones fuera de la ley. A
pesar de no conocer aún el fallo de los procesos judiciales abiertos queda
claro que la cuantiosa cantidad del dinero obtenido ilícitamente.
Jordi, hijo mayor de Jordi Pujol, es investigado por la Fiscalía Anticorrupción actualmente. Si
bien no se le imputa ningún delito, va a tener que dar cuenta de numerosas
irregularidades que involucran las operaciones que ha realizado en los últimos
años. Todas sus actividades están bajo la lupa de la justicia.
Victoria Álvarez,
ex-amante de Jordi Jr., declaró ante la Policía y ante el juez de la Audiencia
Nacional Pablo Ruz contra Jordi Pujol. Tras estas denuncias, se abrió el
proceso. Se acusa a Jordi de viajar a
Andorra en repetidas ocasiones con la finalidad de evadir importantes sumas
de dinero.
Entre sus declaración, Victoria ha afirmado que el maletero
de Jordi iba lleno de tochos de billetes
de 500 y 200 euros. Por su parte, Jordi Pujol Jr. Tiene una auténtica
colección personal de coches deportivos y mueve miles de euros con asiduidad.
Las cantidades de dinero que movilizaba no tienen nada que ver con las
ganancias que parecía tener.
Se acusa, desde Hacienda, a Jordi Jr. de haber movido una
suma tan grande como 32,4 millones de
euros en varias empresas. Estas operaciones de divisas se habrían realizado
entre 2004 y 2012. Las exorbitantes sumas de dinero se movían entre España y
otros trece países.
Algunos de estos países con conocidos por guardar las fortunas de evasores fiscales, como Andorra, Suiza, Liechtenstein, Islas Caimán o Luxemburgo.
Este sujeto realizaba sus actividades de forma totalmente
descarada, pues asegurada haber ganado más de 12 millones de euros con una empresa marmolista cuyos únicos
empleados eran él y su ex-amante. A pesar de que dicha situación parece a
simple vista de lo más irregular sus abogados afirman que todo se realizó
dentro de la ley y se pagaron los impuestos.
El juzgado ha solicitado toda la información disponible
sobre las actividades de Jordi Jr. y queda por ver el resultado de tales
pesquisas. Por otra parte, Oriol, el
otro hijo de Jordi Pujol sí ha sido imputado por el caso de las ITV.
Se le considera colaborador en la concesión irregular de
estaciones ITV de la Generalitat incurriendo
en el delito de tráfico de influencias.
El fiscal encargado del caso afirma que las grabaciones demuestran que Oriol coordinó, dirigió y amparó la actividad
delictiva. Parece muy clara la implicación de este miembro del clan Pujol
en los delitos mencionados.
Además, Oriol Pujol abandonó
el plano político para encargarse de la delegación. Él era el encargado de la secretaría general de CDC y de la
presidencia de CiU en el Parlament, donde
seguía siendo diputado.
Según él, delegó sus cargos pensando solo en Cataluña. También hacia eso cuando,
según él, cuando actuó en el caso de las
ITV. Según sus propias declaraciones todo esto era por el bien del país. Es decir, este
sujeto respondió a las acusaciones diciendo que lo que hacía era por el bien de
los demás. Al parecer dicho bien era el de su
propio bolsillo.
Jordi Pujol, por su parte, encara varios cargos actualmente,
entre ellos la financiación ilegal de
Convergencia y el intento de armar una banca al servicio de Cataluña. Dicho
intento acabó en la quiebra de la entidad. Ya en el pasado, Pujol tuvo que
enfrentar estos cargos por haber sido parte del consejo de la mencionada
entidad pero salió impune a pesar de la presión sobre él.
Pero estos no son los únicos imputados de esta familia. Oleguer Pujol, el hermano menor del
clan, creó una entidad gestora de fondos de inversión que se centraba en el mercado inmobiliario. Se considera que
sus movimientos ascendieron a 300
millones de euros, aprovechando una amnistía para regularizar 3 millones.
Todas las operaciones de los Pujol nos llevan a la administración de Cataluña. Ejemplo de
ello son la empresa de jardinería de
Marta Ferrusola, esposa de Jordi Pujol, que obtuvo contratos de la Generalitat en numerosas ocasiones, la consultoría
ambiental de otro de los hijos de Pujol, Pere, que obtuvo contratos del gobierno catalán y consejos
comarcales bajo control de CiU o el despacho
de arquitectura de Marta, hija de Jordi Pujol, contratada por el Govern,
también.
Vemos, pues, que los turbios
negocios de los Pujol se beneficiaban
de las influencias en la administración autonómica catalana. Este tinglado
de corrupción se había convertido en una especie de negocio familiar con el cual han ganado millones de euros en los
últimos años y en el cual han participado varios miembros de la familia Pujol.
Muchas veces nos preguntamos cómo se creó un hueco tan
grande en las arcas de España. Una de las causas es, definitivamente, las
actividades ilegales de esta familia.
Esperemos que las autoridades les hagan pagar por todos y
cada uno de sus incontables delitos.
César P.
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