Hoy día, nos encontramos inmersos
en una vorágine de cambios tecnológicos y sociales, cuyo centro se sitúa en la
comunicación y que se manifiesta en la capacidad de personalización masiva de
los mensajes, la profusión de los medios generados por el usuario, el
intercambio de información en tiempo real y la posibilidad de registrar y
trazar toda esta interactividad.
De un tiempo a esta parte nos
hemos convertido en consumidores y generadores de contenidos. El poder que
tradicionalmente residía en los medios de comunicación y que les permitía
controlar el flujo de información y valores que transmitían a la población se
ha desplazado vertiginosamente hacia los usuarios, que pueden liderar estados
de opinión o propagar tendencias iniciadas por otros usuarios. Este poder es
muy efectivo porque está relacionado directamente con una característica básica
de la sociedad actual: la confianza.
Los usuarios viven e interactúan
permanentemente en una red conformada por las relaciones de intercambio de
información que mantienen con otras personas, en las que influye y de la que
recibe estímulos que condicionan sus percepciones, expectativas y
comportamientos.
La Red ha pasado a ser la
estructura organizativa propia de esta época y se está mostrando como la forma más
eficiente de gestión de la información y de toma de decisiones en entornos
altamente complejos y distribuidos.
Fenómenos como la comisión de un
fraude, la contratación de un nuevo servicio, la decisión de apoyar a un grupo
político o la identificación de tramas terroristas no pueden explicarse
satisfactoriamente sin recurrir al análisis de redes o, dicho de otro modo, al
análisis de las interacciones de unas y otras entidades y su consiguiente
efecto en su comportamiento, sea este derivado de motivos físicos, psicológicos
o sociológicos.
Muchos usuarios intercambian
experiencias y opiniones sobre situaciones y hechos que se producen en nuestra
sociedad. Todos los sectores y organizaciones involucradas están poniendo en
marcha acciones virales en las que buscan la complicidad de sus seguidores para
propagar ciertos mensajes a través de los seguidores que más capacidad de
influencia tienen en su entorno.
Analizar estos datos aporta una
nueva perspectiva sobre el usuario, sus motivaciones y las causas que determinan
sus percepciones y comportamientos. Supone pasar de tener una capacidad de
visualización en dos dimensiones a percibir una tercera dimensión, que
proporciona otro sentido a la interpretación de la realidad que nos rodea y
que, en este sentido, presenta un nuevo mundo por descubrir.
Lady Blue.
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