A todos nos será familiar la imagen de algún político
hablando negativamente o descalificando al partido contrario, a la oposición o
a cualquiera que no sea de su partido. Esta imagen es lo habitual en los debates del Estado, entrevistas, conferencias, etc.
Es una actitud a la que nos tienen acostumbrados. Se ha
vuelto lo más común en cada aparición en los medios de comunicación e incluso
en los actos públicos. Pero por mucho que sea el pan de cada día no es una
actitud productiva.
El ataque mutuo no lleva a nada productivo. Si lo que se
pretende – o se debería pretender – es mejorar la situación del país lo más
adecuado sería buscar el acuerdo entre los distintos grupos políticos que existen.
El consenso es el gran ausente a la hora de gobernar España.
No hay mejor forma de salir adelante que trabajar juntos. Discutir
es inútil si no va a servir para mejorar el estado del país. Por ello, los
políticos deberían de cambiar de actitud para predicar con el ejemplo. El tan
mencionado diálogo al que siempre hacen alusión no puede ser el mero
intercambio de descalificaciones por ambas partes.
Debe dejar de primar el bien personal o los ideales del
partido al cual se pertenece. Por encima de todo eso está el bien del país, de
España. Por ello, lograr un acuerdo global entre los partidos políticos sería
un primer paso para empezar a reparar todo lo que la crisis ha desbaratado.
En ocasiones vemos coaliciones entre partidos cuando algún
partido minoritario apoya a otro partido para obtener cierto beneficio. Esto
era lo habitual en el periodo de gobierno de Zapatero. ¿Qué sentido tiene que
los partidos actúen guiados por el interés y el beneficio propio? Sería más adecuado
aunar fuerzas para buscar las medidas y reformas necesarias juntos.
Después de todo, los políticos son los encargados de velar
por el progreso del país. ¿No es así? Sin embargo, lo que venimos viendo es una
discusión sin fin entre ellos y un gran desacuerdo. Creo que basta ya de tirar
cada uno por su lado. Para salir de la situación actual lo mejor es sumar el
esfuerzo de todos en la misma dirección.
Hay grandes ejemplos de naciones cuyos ciudadanos han
trabajado juntos por el bien de los demás. Un ejemplo reciente lo tenemos en
Japón cuando tuvo lugar el desastre nuclear de Fukushima. El nivel de
compromiso de los ciudadanos japoneses llegó al nivel del sacrificio personal.
Este es el momento de buscar el bienestar de todos. Es el
momento de trabajar como un país unido y buscar objetivos comunes. De esta
forma se saldrá antes y mejor de la crisis. En estos tiempos de crisis sería de
agradecer un cambio de actitud por parte de todos los políticos.
César P.
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