El programa de anoche de la Sexta
“Salvados” sobre el accidente de metro de Valencia no presentaba a priori un interés
especial entre los espectadores por el tiempo transcurrido desde aquel fatídico
hecho y por el poco recuerdo que nos quedaba a la mayoría de ciudadanos sobre
el tema. Pero la huida despavorida de Juan Cotino ante las preguntas sobre el
tema de Jordi Évole hizo que se convirtiera en el programa más visto de su franja horaria
en el día de ayer.
Lo que sabemos de aquel accidente
donde murieron 43 personas fue que la culpa la tuvo el maquinista por un exceso
de velocidad. En la comisión de investigación que tuvo lugar en el parlamento
valenciano se ratificó esta versión y se concluyó con un informe dando por
cerrado el tema porque se trataba de un hecho que no era previsible ni
evitable. Pero en el programa de ayer se demostró con documentación y con
nuevos testimonios que todo esto fue un montaje donde se pretendía culpar al
maquinista, que murió en el accidente, para dejar libre de toda responsabilidad a
las autoridades y a la empresa pública que gestiona los ferrocarriles en la
Comunidad Valenciana.
En la primera parte del programa,
Jordi Évole fue entrevistando a distintas personas involucradas de una manera u
otra con el accidente. Dieron su testimonio algunos familiares de las victimas
revelando las practicas que se usaron para evitar que se personaran en la causa
como acusación particular. También entrevistó a Arturo Rocher, jefe de
seguridad de la empresa pública que puso de manifiesto el acuerdo de silencio
al que llegaron para que el asunto no salpicara a las autoridades valencianas y
a un maquinista que explico las anomalías que hubo en cuanto a seguridad se
refiere.
Sin embargo, la mejor parte del
programa fue la última, cuando el genial presentador intento entrevistar a Juan
Cotino, actual presidente del parlamento valenciano y que en aquellos tiempos
era consejero de Agricultura. Según el testimonio de algunos familiares de las
victimas este señor fue el que hizo de intermediario ofreciendo empleos en la administración
a los familiares para evitar que el hecho llegara a los juzgados.
Por más que lo intentara no consiguió
que Cotino respondiera a sus preguntas llegando éste incluso a hacerse pasar
por su hermano para no atender el teléfono. Al final consigue encontrarse cara
a cara con Cotino, insiste en sus preguntas que no obtienen ningún tipo de
respuesta y llegados a un punto, el político se queda mirando a los ojos del
presentador y le confiesa: «No le quiero responder a usted». Esta fue la gota
que colmó el vaso y donde se dispararon los índices de audiencia y las redes
sociales echaban humo.
El resultado a día de hoy es que
Juan Cotino ha cancelado todos los actos de su agenda y parece que ha
desaparecido por arte de magia.
Aumenta la popularidad de la Sexta
a costa de la popularidad y credibilidad de un político de dudosa reputación.
Lady Blu
No hay comentarios :
Publicar un comentario