Fumar tabaco es una de esas actividades que más efectos
dañinos para el organismo del fumador y para la gente que lo rodea tiene. Con
tan solo una calada se introducen en nuestro cuerpo por vía respiratoria más de
40 sustancias consideradas nocivas, siendo una de las más conocidas el
alquitrán que se acumula en los pulmones.
En contra de lo que se podría pensar, la nicotina en sí no
es dañina, es tan solo una droga que produce adicción y sensación de bienestar.
Pero la forma de introducir esa sustancia que genera placer al cerebro es lo dañino: fumar.
Hay estudios que desvelan información de lo más alarmante
sobre el tabaquismo durante el embarazo. Según investigaciones como The impact of cigarretes moking on the
health of descendants, llevada a cabo por los doctores de IVI Sergio
Solares y José Bellver, afirman que fumar perjudica tan gravemente a la salud
del feto que puede llegar a generar infertilidad en el descendiente.
Hay un alto riesgo de infertilidad en la descendencia si la
madre fuma 10 o más cigarrillos al día durante el embarazo. Hay una alta probabilidad
de que el descendiente tenga problemas de fecundidad si la madre fuma durante
el embarazo con gran frecuencia. En el caso de los hombres el resultado podía
generarle una reducción en la concentración de espermatozoides de entre el 20%
y el casi el 50%, mientras que en el caso de las mujeres lo que se tendría es una
reserva limitada de ovocitos.
De lo que se habla es de mutaciones generadas por el
tabaquismo durante el embarazo. Dichas mutaciones afectan a la descendencia
como cambios permanentes en la composición genética y son irreversibles. Se
trata de una infertilidad generada por el hábito de fumar mientras se gesta e,
incluso, es posible que las mutaciones relacionadas persistan en sucesivas
generaciones.
La exposición prenatal al tabaco produce los efectos más
devastadores en la formación del feto. Desde malformaciones hasta la
infertilidad debido a mutaciones en los genes del descendiente. Otros males que
pueden ocasionarse por este mal hábito son la obesidad, hiperactividad o los
trastornos del comportamiento.
No es de extrañar que se recomiende evitar a toda costa el
consumo de tabaco durante el embarazo. Hay un periodo más crítico durante el
embarazo y es entre el segundo y el tercer trimestre. Durante dicho periodo se
produce el desarrollo del sistema neuronal del feto. Se han realizado algunos
estudios en niños cuyas madres fumaron durante la gestación mostrando
irritabilidad, falta de atención, escasa respuesta a sonidos y retraso en el
lenguaje en comparación a niños de la misma edad cuyas madres no fumaron en el
embarazo.
Por todo lo anterior, el tabaco y la nicotina
deben evitarse completamente durante el embarazo. Los efectos adversos del
tabaco pueden ser completamente irreversibles en los descendientes. Los padres
y jóvenes en edad de ser futuros padres tienen la responsabilidad de evitar el
consumo de tabaco y otras sustancias perjudiciales para sus hijos durante el
embarazo y, también, de evitar exponerlos durante la infancia a dichas
sustancias.
César P.
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