La gran mayoría de los colegios españoles no tienen las
medidas de seguridad necesarias para proteger a los niños alérgicos. Sin
embargo, en dos de cada tres centros hay al menos un niño con riesgo de sufrir
anafilaxia, es decir, una reacción inmunitaria a gran escala en el organismo
que puede afectar a varios sistemas como reacción a una sustancia detonante de dicha respuesta.
Es casi imposible prevenir esta reacción cuando existe el
riesgo pero se puede tratar para prevenir graves daños o, en los casos más
severos, la muerte. Por ello, saber actuar ante este tipo de situaciones es
responsabilidad del personal del centro. La Sociedad Española de Inmunología
Clínica y Alergia Pediátrica, SEICAP, ha elaborado un decálogo para instruir al
personal escolar sobre los pasos a seguir en estos casos.
Uno de cada cuatro niños en edad escolar sufre de alergia,
la cual puede limitar su rendimiento escolar y afectar a su vida normal en
alguna medida. Es frecuente que estos males provoquen faltas de asistencia a
los niños afectados. Aún peor, algunos niños sufren de un conjunto de
enfermedades al mismo tiempo, entre ellas pueden estar la rinitis alérgica, el
asma, el eccema, entre otras.
Debido a la gran cantidad de lluvia en todo el territorio
nacional este año en España se tiene un riesgo elevado de alergia. Esto agrava
la situación para los niños con riesgo de alergia a comienzos de la estación
con mayor cantidad de polen en el aire. Los casos de sibilancias (pitos al
respirar) y de asma se incrementan con la lluvia y recientemente hemos tenido
muchos días lluviosos.
La carencia de un programa de formación para los familiares
y profesionales de educación es una de las causas de la inseguridad de los
centros escolares. No solo es preciso conocer a los niños afectados por la
alergia sino que hay que saber cómo actuar en caso de crisis. Los expertos
afirman que es preciso un protocolo para actuar y prevenir. Además, se debe de
evitar el contacto de los menores con riesgo y los alérgenos. Esto ocurre en
pocos centros, actualmente.
Este plan de acción también requiere el cambio de algunas
leyes. Actualmente, hay centros educativos en los que no se permite que los
alumnos vayan a clase con la medicación de urgencia. Por otra parte, se han
dado casos en los que el personal escolar rehúsa aplicar los medicamentos,
también por razones legales.
En realidad, a día de hoy los profesores no tienen la
responsabilidad de cuidar la salud de los alumnos y por ese motivo no están
autorizados a administrar dichos medicamentos. Sin embargo, en caso de crisis
alérgica el personal escolar es quien tiene la capacidad de reaccionar antes y
en dichas situaciones el tiempo corre en contra.
Por ello, hace falta – según los expertos – una legislación
que proteja al alumno alérgico en estos casos. La educación es necesaria para
mejorar las condiciones de los niños alérgicos pues a veces son incomprendidos
en su entorno escolar. Pueden sufrir rechazo o padecer situaciones incómodas
como consecuencia de su condición física. Las alergias en edad temprana limitan
en gran medida el desarrollo normal de las actividades de un niño. Por todo lo anterior, llegamos a la conclusión de que hace
falta tomar las medidas pertinentes para mejorar la protección de los afectados
por la alergia en edad escolar.
César P.
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