9 de abril de 2013

El peligro que corren los niños alérgicos en el colegio.


La gran mayoría de los colegios españoles no tienen las medidas de seguridad necesarias para proteger a los niños alérgicos. Sin embargo, en dos de cada tres centros hay al menos un niño con riesgo de sufrir anafilaxia, es decir, una reacción inmunitaria a gran escala en el organismo que puede afectar a varios sistemas como reacción a una sustancia detonante de dicha respuesta.


Es casi imposible prevenir esta reacción cuando existe el riesgo pero se puede tratar para prevenir graves daños o, en los casos más severos, la muerte. Por ello, saber actuar ante este tipo de situaciones es responsabilidad del personal del centro. La Sociedad Española de Inmunología Clínica y Alergia Pediátrica, SEICAP, ha elaborado un decálogo para instruir al personal escolar sobre los pasos a seguir en estos casos.

Uno de cada cuatro niños en edad escolar sufre de alergia, la cual puede limitar su rendimiento escolar y afectar a su vida normal en alguna medida. Es frecuente que estos males provoquen faltas de asistencia a los niños afectados. Aún peor, algunos niños sufren de un conjunto de enfermedades al mismo tiempo, entre ellas pueden estar la rinitis alérgica, el asma, el eccema, entre otras.

Debido a la gran cantidad de lluvia en todo el territorio nacional este año en España se tiene un riesgo elevado de alergia. Esto agrava la situación para los niños con riesgo de alergia a comienzos de la estación con mayor cantidad de polen en el aire. Los casos de sibilancias (pitos al respirar) y de asma se incrementan con la lluvia y recientemente hemos tenido muchos días lluviosos.

La carencia de un programa de formación para los familiares y profesionales de educación es una de las causas de la inseguridad de los centros escolares. No solo es preciso conocer a los niños afectados por la alergia sino que hay que saber cómo actuar en caso de crisis. Los expertos afirman que es preciso un protocolo para actuar y prevenir. Además, se debe de evitar el contacto de los menores con riesgo y los alérgenos. Esto ocurre en pocos centros, actualmente.

Este plan de acción también requiere el cambio de algunas leyes. Actualmente, hay centros educativos en los que no se permite que los alumnos vayan a clase con la medicación de urgencia. Por otra parte, se han dado casos en los que el personal escolar rehúsa aplicar los medicamentos, también por razones legales.

En realidad, a día de hoy los profesores no tienen la responsabilidad de cuidar la salud de los alumnos y por ese motivo no están autorizados a administrar dichos medicamentos. Sin embargo, en caso de crisis alérgica el personal escolar es quien tiene la capacidad de reaccionar antes y en dichas situaciones el tiempo corre en contra.

Por ello, hace falta – según los expertos – una legislación que proteja al alumno alérgico en estos casos. La educación es necesaria para mejorar las condiciones de los niños alérgicos pues a veces son incomprendidos en su entorno escolar. Pueden sufrir rechazo o padecer situaciones incómodas como consecuencia de su condición física. Las alergias en edad temprana limitan en gran medida el desarrollo normal de las actividades de un niño. Por todo lo anterior, llegamos a la conclusión de que hace falta tomar las medidas pertinentes para mejorar la protección de los afectados por la alergia en edad escolar.  

César P.

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