Las buenas noticias de la semana llegan
desde Durban, Sudáfrica. Allí, a fines de marzo, se realizó la Quinta Cumbre
del boque BRICS. BRICS es un bloque denominado de esa manera de acuerdo a las
iniciales de los países que lo conforman: Brasil, Rusia, India, China y
Sudáfrica. Comenzó siendo un grupo de cuatro países al que, quizás por una
cuestión fonética, se incorporó Sudáfrica.
De hecho, es interesante que las
iniciales se hayan acomodado de tal forma que la palabra más cercana en el
inglés es “brick”, ladrillo. Pienso que detrás de las iniciales hay todo un
mensaje puesto a andar para alertar a las potencias del primer orden que ya no
todo es la pequeña familia de los últimos siglos de nuestra historia.
El BRIC es la encarnación del poder que en
un principio se ignoraba deliberadamente, el poder de las potencias emergentes
que crece o bien del otro hemisferio o bien al otro lado del mundo. Como tales,
y por ahora desde el relato alternativo y sin una difusión ecuánime, se
acomodan como actores protagónicos de las próximas décadas. Cuesta creer que
las implicancias de esta alianza hayan logrado unir países tan disímiles y
distantes, pero la fuerza de sus economías los liga naturalmente, se
representan recíprocamente, con un producto bruto que no para de crecer
interanualmente y al que próximamente podrían sumarse nuevos integrantes. Un
paradigma que desafía Bretton Woods comienza a aparecer finalmente.
Bretton Woods fue una cumbre histórica,
realizada en Estados Unidos en plena Guerra Mundial con la presencia de
representantes de 44 países de primer orden. Por su carácter de prescindibles
estuvieron ausentes representantes de
países del Tercer Mundo. En este
encuentro, que se extendió durante dos días, se decidió crear el Fondo
Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) como instituciones de
control centralizado a los países periféricos, e incluso, en el contexto de esa
guerra, determinar con claridad que Estados Unidos ya había recuperado su buena
salud después del sofocón del ’30 y asumía su reclamado protagonismo. De paso
se decidió abandonar también el patrón oro y comenzar a tener como referencia
el dólar. Así, todos los países vendieron a EEUU sus reservas para comprar
dólares.
Las buenas noticias de las que hablamos
tienen que ver con que en la cumbre de marzo, los representantes del BRICS
decidieron que en el plazo de un año entrará en funcionamiento el BANCO BRICS,
una alternativa a este orden mundial impuesto y hasta ahora nunca desafiado.
Por el contrario, hasta hoy lo único que ha tenido este paradigma financiero es
un crecimiento exponencial tan caprichoso como irreverente. Europa, por su
parte, también ha creado su banco, el Banco Central Europeo (BCE), no hace
falta mencionar afín a cuáles instituciones que ya hemos traído a la conversación.
Tampoco hará falta mencionar cómo han conducido la economía mundial estas
instituciones, prestando dinero para pagar deudas con otros y endeudarse con
ellos.
En fin, hace tiempo que BRICS ya forma
parte de la agenda internacional por méritos propios. Ha hecho con esta
decisión un paso necesario. Un Banco de Desarrollo es una institución que en el
mundo actual articula todo. Con un capital inicial de 50.000 millones de
dólares (10.000 por cada uno), el Banco BRICS estará centrado en la
financiación de proyectos de infraestructura y desarrollo sustentable para
terceros países así como también sus integrantes.
De aquí a un año tendremos la posibilidad
de ver esta decisión implementada.
Tolxoko.
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