19 de marzo de 2013

¿Rescate, quiebra o capitalización?


Casi cualquier empresa privada que ofrece bienes o servicios subsiste gracias a la buena gestión empresarial. Un mala gestión puede ocasionar que la empresa quiebre y es justamente el temor a que ello suceda lo que impulsa a los empresarios a  evitar tomar riesgos exagerados.

Es casi una regla no escrita pero comprobada que aquellas empresas que perduran son las que tienen una buena administración, mientras que aquellas que tienen una mala gestión están condenadas a fracasar y desaparecer. Sin embargo, los bancos son empresas financieras que parecen escapar a esta regla debido a los rescates por parte del gobierno que impiden que quiebren. Esto las convierte en entidades a prueba de malas gestiones.

Si los banqueros saben que van a ser rescatados en tiempos de crisis nada impedirá que, por ejemplo, otorguen préstamos de alto riesgo. Ante la posibilidad de permitir que los bancos quiebren antes que rescatarlos surge la incógnita de por qué esto no se ha realizado aún. Una respuesta involucra la expresión Too big to fail, que traducida al español significa “demasiado grande para caer”, la cual describe la situación en la que algún banco es tan grande e importante cuya bancarrota puede causar consecuencias negativas a la economía del país por lo que sería preferible su rescate.

Sin embargo, hay que cuestionarse lo siguiente: si el banco es tan grande como para permitir que quiebre entonces podría presentarse la posibilidad de que si se continúa financiando el funcionamiento de la entidad irresponsable, en el futuro el banco podría ser aún más grande  y eventualmente será casi imposible volver a rescatarlo. Es la bola de nieve que crece a medida que cae por la montaña y se vuelve imposible de detener. El resultado lo conocemos todos: arrasa lo que se le ponga por delante.

Desde el punto de vista de muchos contribuyentes el motivo para detener el rescate a los bancos puede resumirse en lo expresado por  el secretario de la Federación Europea de Banca Guido Ravoet: se debería permitir a los bancos que quiebren, si sucede lo peor, pero los contribuyentes no deberían tener que pagar la factura. Este motivo está relacionado con el “riesgo moral” que es un concepto económico que describe las situaciones en las que un grupo tendrá la tendencia a asumir grandes riesgos porque los costos de sus consecuencias no lo asumen ellos sino un tercero.

Al respecto Paul Volcker, elegido presidente del Concejo de Reconstrucción Económica por Obama, manifestó que los rescates parecen indicar que los bancos pueden asumir riesgos sin temor porque los ciudadanos serán los que paguen las eventuales pérdidas; además,  Volcker advierte del peligro de que si no se corrige la expansión del riesgo moral, en el futuro la próxima crisis podría ser peor.

Entonces para prevenir futuras crisis bancarias en el futuro es necesario  que se mejore la regulación a la banca para impedir que estos puedan crear dinero y crédito de la nada. Además, en caso de que existan bancos que  quiebren a pesar de las medidas adoptadas, existe una solución llamada capitalización de la deuda. Esta solución propone convertir parte de la deuda de los bancos en fondos propios. De esta manera los acreedores del banco se convierten en accionistas, es decir, los acreedores no cobrarían su deuda en dinero sino en acciones.

Con la capitalización de la deuda se logra que los bancos se recapitalicen y también que los inversores sean los perjudicados por las propias decisiones que ellos tomaron y no el resto de ciudadanos. Así en el futuro los inversores de los bancos procuraran no cometer graves errores ante el temor de perder sus inversiones tal como sucede con el resto de empresarios.

Finalmente, cabe decir que los pobres ciudadanos no deberían ser responsables de mantener y re-financiar entidades que perjudican al país, sobre todo teniendo en cuenta que sus actividades irresponsables siguen en curso y nadie las detiene. La misma irresponsabilidad que llevó a la crisis hace que no se pueda salir de ella y que el pozo sea más profundo de lo que podría haber sido en caso de haberse tomado las medidas oportunas a tiempo.

César P. 

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