La mejor forma de medir la
confianza de una persona es ver su disposición para aceptar riesgos. El miedo
queda reflejado en el grado en el cual una persona evita el riesgo.
El dicho popular “Quien nada
arriesga, ni pierde ni gana nada” tiene mucha base de verdad. El riesgo, que
implica la posibilidad de perder, es tan necesario para triunfar, como es
necesario respirar para vivir.
Ninguno de nosotros podemos vivir
completamente libre de riesgos porque ello implicaría hacer cambios radicales
en nuestras vidas, no podríamos conducir por el riesgo que conlleva a tener un
accidente, por ejemplo, o no dejaríamos que nos ingresaran en un hospital por
el riesgo que conlleva a ser contagiados de una grave enfermedad.. etc. El
objetivo de una seguridad absoluta acabaría también, con la economía de la
noche a la mañana, tendríamos que sacar el dinero del banco por miedo a una
quiebra, o nadie iniciaría una nueva actividad por miedo a fracasar porque
otras empresas similares fracasaron, y así podríamos numerar infinitas
posibilidades.
Las personas que se orientan
hacia el éxito asumen riesgos y algunas veces los riesgos desembocan en
fracasos, según un informe publicado recientemente se asegura que el 37% de los
millonarios actuales, fueron a la quiebra después de haber acumulado riqueza
pero se recuperaron y volvieron a ganar dinero. Ningún inversor acierta siempre,
y las personas que construyen centros comerciales, barrios residenciales o
edificios de oficinas, a veces pierden dinero.
Hay momentos en los que a todos
nos gustaría abandonar, y si no tenemos cuidado, abandonaremos. Pero es de suma
importancia tener confianza en nosotros mismos y conocer el alcance de nuestras
posibilidades. Te vamos a dar algunos consejos para aumentar esta confianza en
tus capacidades:
- Si sientes miedo al hacer algo, lo mejor es hacerlo, justo en este momento el miedo habrá desaparecido.
- Intenta recordar siempre esas victorias conseguidas, nunca pienses en los pequeños fracasos.
- Una derrota hay que verla desde el lado positivo porque siempre representa un aprendizaje, aprender de los errores es la mejor forma de no volver a cometerlos.
El secreto del éxito no está en
evitar siempre los fracasos sino en salir fortalecidos de ellos ya que una
derrota proporciona siempre la posibilidad de aprender una lección.
Desgraciadamente, la educación
que hemos recibido se centra en cómo evitar los riesgos, no en como
beneficiarse de ellos asumiéndolos. Y asumir riesgos no significa jugar al
azar, cuando se asume un riesgo, uno tiene cierto control sobre los resultados.
Nuestro consejo, por tanto, es:
Ten el valor de arriesgarte!!
Lady Blue
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