El papel de las Agencias de Rating en la crisis financiera ha sido muy criticado, básicamente se critica su papel en cuanto a que son actividades pro cíclicas, es decir, que cuando hay problemas los enfatizan y los magnifican creando más problemas de los que hay y a la inversa, cuando no hay problemas tienden a valorar los países de manera excesiva, es decir, con un nivel de solvencia muy alto y por lo tanto son el germen de futuros problemas ya que facilitan que llegue dinero a esos países y que se les dé crédito creando, así, burbujas especulativas.
Otra de las cosas que ha sido muy
criticada es su modelo de negocio. Las Agencias
de Rating se financian por parte de los emisores, por lo tanto las agencias
tienden a mirar positivamente a aquellos emisores porque son sus clientes y no
tanto a los compradores de los productos que acaban valorando o los compradores
de deuda.
Hay tres agencias dominantes en
el mundo Standard and Poor’s y Moody’s estas dos americanas y una
tercera Fitch, anglosajona que
utiliza la misma metodología que se basa fundamentalmente en mirar la capacidad
y la voluntad de pago de los países, en el caso de la deuda soberana,
considerando como únicos factores el volumen de deuda y la historia cultural de
las naciones.
Una de las novedades es
la reciente aparición de una agencia china, Dagong,
que tiene criterios de inversión y de análisis completamente distintos. Esta
agencia china, que está al servicio del gobierno del país lo que valora es la
capacidad de crecimiento de los países
muy por encima de la capacidad de pago y por lo tanto valora
positivamente aquellas políticas fiscales agresivas que conducen a niveles
de endeudamiento alto. Esto, para
las agencias tradicionales, Standard and
Poor’s y Moody’s es un factor
negativo mientras que para la Dagong
es un factor positivo. Este hecho hace que los ratings sean muy diferentes, por
ejemplo, y ha sido sorprendente que Dagong
no valore con AAA la deuda americana que es estándar, o lo que es igual, es el
patrón a través del cual se miden todos los demás países en las agencias
tradicionales.
Dagong, sin embargo, tiene un problema fundamental y es su
dependencia del gobierno chino siendo lo mismo que le pasa a la propuesta de
Trichet de crear una agencia europea, que sería de alguna manera dependiente de
las instituciones europeas. Los emisores, los acreedores, los compradores de
deuda, necesitan una agencia independiente y por lo tanto el recorrido que
pueda tener en la práctica la agencia china está solo unido al gobierno chino y
parece muy difícil que acabe consolidándose como una agencia de crédito
internacional.
Para América latina la emergencia
de Dagong es positiva porque valora
muy bien este factor de crecimiento económico que es una de las características
tradicionales de estos países. Así, países como Brasil, Venezuela o Argentina aparecen
valorados significativamente mejor por Dagong
que por Standard and Poor’s o por Moody’s y esto tiene una parte positiva
puesto que les permite acceder a un “pool” de acreedores diferente, que es el “pool”
chino, y que será capaz y estará dispuesto a comprar deuda latinoamericana como
no había hecho hasta ahora.
Lady Blue.
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