El otro día en mi Facebook, encontré que un compañero había compartido el discurso de una joven titulado "Una joven avergüenza al Socialismo Mundial". Confieso que picado por la curiosidad, empecé a verlo, y que tras oír que decía ser "Socialista convencida", no le hice mucho caso porque pensé que nadie que dijera ser eso podía decir nada que mereciera ser escuchado.
Hoy, resulta que la chica en cuestión, sale en todos los medios y que ese discurso ha sido de lo más visto en las redes sociales. Muchos alaban la postura y las valientes palabras de la dirigente de las Juventudes Socialistas, pero sinceramente, no dice nada que no supiéramos, y no me parece coherente que milite en un partido con el que está tan en desacuerdo.
Beatriz Talegón, que así se llama la joven que ha saltado a la fama a raíz de su intervención en la reunión de la Internacional Socialista, me da la impresión de que más que pedir un cambio en la forma de practicar el Socialismo, lo que está pidiendo es su trozo del pastel. Cuando dice "Me sorprende mucho como pretendemos promover la revolución desde un hotel de cinco estrellas llegando en coches de lujo" está queriendo decir "Montáis una fiesta en un hotelazo y no me invitáis. Llegáis en unos cochazos y yo en mi utilitario. Yo también quiero mi parte."
No nos engañemos, ese es el Socialismo actual: Lo mío es mío y lo de los demás es a repartir. Y claro, cuando uno de los integrantes siente que no está recibiendo su parte del "botín", protesta; y en eso están, tirándose los trastos a la cabeza unos a otros.
Si de verdad la (no tan) joven dirigente de las Juventudes Socialistas estuviera en desacuerdo con la forma de actuar de su partido, se marcharía, que a día de hoy hay más opciones, incluida la de formar un partido propio.
En resumen, el discurso de Beatriz Talegón, es oportunista, vacío y poco coherente.
Rubén.
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