18 de septiembre de 2012

Aclarando el liberalismo.

Hace unos días, hablando con una amiga, recuerdo que tras leer un artículo donde se argumentaba contra las subvenciones al sector del carbón, dijo: ¿Esto lo escribe un liberal?

Hoy me ha vuelto a llamar la atención que en Twitter alguien decía que "si Esperanza Aguirre es liberal, apañados vamos".

Esto me ha hecho pensar que hay gente que confunde Liberalismo con Progresismo, o con lo que algunos entienden por Progresismo. Y es que algunos, oyen Liberal, y piensan poco menos que en una sociedad hyppie donde las libertades individuales son tan grandes que rozan el libertinaje. Bueno, no van desencaminados, el Liberalismo promueve las libertades individuales, pero conviene recordar que nuestra libertad termina donde empieza la de los demás, algo que a los que se hacen llamar Progresistas a veces se les olvida. Pero esto no es de lo que voy a hablar hoy.

Hoy quiero hablar del Liberalismo. Se basa en la mínima intromisión del Estado en la vida de sus ciudadanos, lo cual no quiere decir que no haya Leyes que garanticen que la libertad de unos no va a suponer un perjuicio para otros, como por ejemplo el respeto a la propiedad privada.

Básicamente se compone de Liberalismo Social y Liberalismo Económico. No hace falta definirlos ya que son lo que su propio nombre indica.

Respecto al Liberalismo Social, podríamos decir que en España estamos bastante avanzados puesto que gozamos de prácticamente todas las libertades fundamentales; por decir algo, faltarían cosas como legalizar las drogas, algo que es difícil que se produzca a corto plazo. Conviene matizar, que ser liberal, implica entre otras cosas respetar que otros no quieran serlo.

El Liberalismo Económico, del que la gestión de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid ha sido un gran exponente, supone crear un marco jurídico con una normativa mínima que garantice la libre competencia e igualdad de oportunidades, estimulando el crecimiento económico y fomentando el espíritu emprendedor. Voy a poner un ejemplo:

Supongamos que tenemos una tienda de ropa;
- Un gobierno A nos impone las siguientes normas: solamente podemos contratar a mujeres ecuatorianas (por ejemplo), mayores de 50 años, pagarles un mínimo de 3000€ al mes, y nuestro horario de apertura debe ser lunes y martes de 23 a 5 de la mañana. El 95% de nuestro beneficio deberá pagarse en impuestos.
- Un gobierno B nos impone las siguientes normas: podemos contratar a quien queramos, el salario mínimo es el vigente en España. Podemos abrir cuando queramos y los impuestos ascienden al 20% de nuestros beneficios.

No hace falta saber mucho de negocios para saber que con el gobierno A no tardaremos en tener que cerrar porque sus rígidas normas hacen nuestra empresa inviable. Alguno se alegrará pensando que está bien hecho porque somos empresarios y es mejor que nos fastidien, pero los que tienen algo de sentido común, saben que con nuestro cierre, nuestros empleados también pierden su trabajo. Está claro, que el modelo de gobierno B va a fomentar mucho más el crecimiento económico, y con él, el empleo. El gobierno B es un gobierno liberal, esto explica el éxito de Esperanza Aguirre y sus políticas liberales.

Rubén.

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